Aparte de los recién nacidos, la otra etapa de la infancia que me encanta fotografiar es la de la primera comunión. A caballo entre la infancia y la adolescencia, niñas y niños se visten de largo y, con más ilusión ellas que ellos (todo hay que decirlo), posan ante nuestras cámaras.
Son tan preciosos, inocentes, guapos, divertidos, juguetones… que cada nueva temporada la afronto con más ilusión que la anterior si cabe. Montaña, mar, estudio, casas particulares… todo sirve para dejar constancia de esta tierna etapa que tan rápido va a pasar.
Hoy ondeo la bandera de salida con Laura, mi muñequina rubia de piel de porcelana, sonrisa permanente y ¡más buena que el pan! 🙂
por Esther